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domingo, 6 de mayo de 2018

Blogs y twitter como nuevas formas del libro.

659.

                        Este #twitter, es ya como un libro, que posiblemente tenga ya casi mil páginas de un libro tradicional. Si se juntan los nueve mil tuits o aforismos o frases que se han escrito.
                        Soy el peor escritor del mundo, el peor pensador del mundo, el peor filósofo del mundo, el peor artista plástico del mundo. No merecen que mi trabajo cultural esté en ningún sitio o lugar, ni tenga una antología, ni en una revista, ni una pequeña edición de cien páginas, ni…
                        Quizás, usted que tantas puertas me ha cerrado, usted y el otro y el de más allá, quizás usted alguna vez averigüe que quizás alguna idea que yo he escrito, le sirva a su hijo o nieto o quizás alguna idea que haya escrito para evitar de tráfico le salve la vida a su nieta.
                        Tendré mis defectos e imperfecciones, pero pienso en el bien social y general y común, además del mío. Es decir, pienso en el bien de usted, y usted lleva años y lustros cerrándome las puertas, con una excusa y otra.
                        Hágase usted la pregunta, por qué este #Twitter tiene dieciocho seguidores, y el de cualquier cantante tiene cien mil… Por muy malo que sea como escritor y observador y pensador, algo bueno diré…
                        No escribo, ni publico, ni pienso para hacerle perder a usted su tiempo, ni por vanidad y soberbia mía, sino para buscar verdades y preguntas y bondades. Y de paso quizás a usted le sirva algún matiz de alguna frase que lea en estos escritos…
                        Si existe Dios, el ser humano tiene obligación y derecho amarlo, si existe posibilidad de que exista, el ser humano tiene la obligación de buscarlo…
                        Un sacerdote o presbítero católico que lleve treinta años de sacerdocio, habrá celebrado al menos diez mil misas. No es tiempo suficiente para haber llegado a un alto grado de perfección y de santidad. ¿Y por qué no ha llegado…?
                        Ya que ninguna editorial me publica, ninguna editorial privada o institucional o pública o semiinstitucional, puedo todavía publicar por Internet. Publicar es hacer público, simple y sencillamente.
                        Se necesita también asepsia moral, igual que sanitaria, es decir, se necesita salud física, salud psíquica, salud material o suficiente economía, salud moral y salud espiritual, y eso permite que exista también salud social y salud política.
                        Nadie es malo en todo, ni es malo con todo, ni es malo en todos los temas. Somos una mezcla de maldad y bondad, ciertamente, en distinto grado…
                        Siempre he visto el mismo patrón, el mal que un individuo hace, o no acepta que es un mal, o dice que es su derecho o su libertad o su voluntad, o su personalidad… o, más que hay que soportarlo como es, genio y figura y maldad hasta la sepultura.
                        Que la maldad del otro, no te contagie a ti, que su maldad, no te lleve a ti, a hacer la maldad. Que tu maldad no se transmita al otro, que tu maldad no le cause mal al otro.
                        Alégrate del bien que tiene el otro, lamenta el mal que sufre el otro.

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